Pero más allá de informes, opiniones y demás, la sensación, en mi opinión, claro, es que es el entrenador de turno el que decide. Un entrenador que está de paso, que hoy está y mañana hoy.
Que si quieres contar con la cantera bien, y si no también.
Me da la impresión que hay muy poca exigencia hacia el entrenador en este aspecto, sobre todo en un Club que no se cansa de repetir que es un club de cantera.
No sé, si realmente te crees un club de cantera, tú coges al entrenador entrante y le explicas. Mira, hay 3, o 4 o 5 jugadores jóvenes que creemos que tienen muchas condiciones y que tienen potencial de ser pilares (o buenos jugadores) para el futuro. No se trata de exigirle que los ponga de titulares indiscutibles, pero sí darles bola, valorarlos y tenerlos en plantilla como uno más.
En cambio la realidad es que el Club le dice al entrenador "este chaval es muy prometedor y contamos con él como importante al medio plazo", el entrenador dice que no quiere saber nada, y el club le busca salida a ese jugador sin miramientos. Ni se cuestiona.
Yo creo que un "equipo de cantera" tiene que ser mucho más firme en sus apuestas y sus propuestas, y no tumbarlas solo porque al entrenador de turno no le encaja. Si a un entrenador le sobran esos 4 o 5 jugadores de mucho potencial, a lo mejor quien sobra es el entrenador. Pero aquí hay mucha manga ancha.
Al final, yo creo, es que esto se trata de que el entrenador se adapte a la idea del Club y que la lleve a cabo, y no que el Club se adapte al entrenador y le conceda todo lo que pida y más, que creo que es lo que pasa.
Respecto a todo esto que comentas, yo creo que lo que falta es consistencia en todos los aspectos. Se puede empezar por quienes participan en las decisiones. Algunos están convencidos del proyecto de cantera al 100%, otros creen estar igual de convencidos pero en el fondo opinan que cantera y resultados no pueden ir totalmente a la par, y al final lo que sucede es que cuando falla un proyecto, los que tiraban por otro lado digamos "piden su turno". El de arriba se deja llevar y el plan cambia cada dos por tres. Tengo la sensación de que individualmente tienen cierta coherencia con sus ideas, pero en conjunto es un vaivén constante. También puede servir como ejemplo que veamos lo enamorado que está el presidente de cada entrenador que contrata, que es justo lo que necesita el club, y cómo al final no es que les eche por resultados, como en otros clubes, es que no cree en ellos ya absolutamente nada y son la peste. Ni se digna a despedirles, en ningún caso, y no esperes que vuelva a contratarles nunca. Algo falla ahí como capitán del barco. Con otros presidentes el retorno de entrenadores es habitual porque al final la separación fue cosa de resultados y contextos específicos. Aquí se van porque en ese momento el presidente cree que son un cáncer para el club por unos motivos u otros. Los que son despedidos, claro.
Esto mismo se puede trasladar a cada canterano individual. Por lo que me llega y lo que podemos ver cada aficionado, en el club me parecen algunos bastante veletas respecto a lo que opinan de cada jugador. Podía perfectamente gustarles mucho uno hace un par de años, pero si el jugador lleva ese para de años sin protagonismo porque no gusta al entrenador de turno o está cedido por ahí sin destacar demasiado, pues la atención ahora la tengo puesta en otros. En ese sentido, tienes razón en que no es lo mejor tener tal falta de consistencia. Pero personalmente no creo que sea tanto que dejen a los entrenadores completamente a su aire, porque conversaciones sobre cantera, proyecto a medio plazo y canteranos individuales tienen a menudo, sino simplemente que tras un tiempo "se olvidan" de cual era su opinión antes de la llegada del entrenador de turno. O se contagian, si lo prefieres, como si no entendieran que en otro contexto la situación del jugador podría ser diferente.
Es decir, pongamos un caso exagerado para ilustrar la diferencia entre dejarle todo al entrenador y simplemente no mantener la coherencia. Llega un entrenador nuevo en unas semanas y dice que Gabri no le gusta y que no lo necesita en su plantilla. Pues te aseguro que va a haber una discusión firme al respecto, que incluso podría acabar con su destitución. Bueno, de hecho si lo dice antes de firmar, se vuelve a casa con las gracias y el ticket del parking pagado, pero sin trabajo. En cambio, si no le gusta Gabri y por tanto no le da confianza en sus conversaciones ni en los entrenamientos, le va reduciendo poco a poco los minutos, el jugador cada vez rinde menos como consecuencia de todo esto... Pues me creería perfectamente que, dentro de un año o dos con el mismo entrenador, en el club varias personas relevantes pensaran "Gabri no vale". Si alguien me da unos pocos millones, pa' ellos con lacito, o si no le metemos en el círculo de cesiones sin expectativa de retorno a ver si alguien pica y se lo queda.
En definitiva, creo que se dejan llevar inconscientemente por la influencia de cada entrenador. A priori el plan lo tienen claro, pero luego va pasando el tiempo y se pierde la perspectiva inicial. En general, en el mundo empresarial o en los grupos en general, esa pérdida de la coherencia suele ser problema de quien lidera.