Efectivamente, este es el modo de proceder cuando hay que arbitar a un equipo que se dedica sistemáticamente a pudrir todos los partidos que disputa. Y no es el Getafe, club que ya nunca me cayó excesivamente simpático, por idiosincrasia, sino el sinvergüenza que tienen al frente del equipo, el que propicia estas marranadas.
Creo que la liga, la federación y cada vez más medios y equipos se están dando cuenta de que, o se para esto, o la gente va a preferir machacársela con dos piedras antes que ver un esperpento como el que se perpetra cada vez que tienes a estos enfrente.
Sánchez Martínez estuvo valiente, no pasando lo que normalmente se les pasa, sobre todo esa multitud de faltas que hacen sin apenas consecuencias a modo de tarjetas. Sin embargo le faltó un pelín de mayor arrojo para dejarlos con 9 echando a Damián o Djene, ya que ambos lo acabaron mereciendo. Se entiende porque no querría pasarse de revoluciones y terminar haciendo una escabechina que acaparase portadas, pero hubiese sido justo. También el descuento de final de partido, como dice Varinho, me pareció rácano. No así el de final de la primera parte, pero el de la segunda tras el cambio de árbitro, las ventanas de cambios y las numerosas pérdidas de tiempo se tenía que haber ido al menos a 10 minutos.
Y también de acuerdo con Furonazo en que, a pesar de que esta vez nos benefició, el VAR no tiene que estar para juzgar ese tipo de acciones como la que dio lugar al penalti, sino acciones claras y manifiestas, de esas de blanco o negro como él muy bien dice.
Con todo, gran arbitraje de Sánchez Martínez. Así los firmo todos.