Con las declaraciones de los últimos días, intentando verlo por encima de mis gafas de filtro celeste, me queda la sensación de que los árbitros están descabezados, cada uno va por libre, actúan según su propio criterio sin atender a las directrices generales ni los protocolos. El ejército de Pancho Villa. En este contexto, nos veo como un daño colateral de este ambiente de general desorganización. Las probabilidades, muchas por lo que parece, de que se hagan las cosas mal se acaban concentrando en nuestra casa azarosamente. Lo grave es que se reconozca abiertamente que cada uno va por libre, seguramente con la intención de hacerlo bien individualmente, pero sin un mínimo criterio de base, sin unos patrones comunes de actuación que les den la seguridad básica necesaria para no actuar arbitrariamente cuando analizas sus actuaciones conjuntamente, como colectivo. Es gravísimo, un desbarajuste, un desorden con el que es imposible hacer las cosas bien. Este CTA actual debe de ser un desastre, parece que aquí no manda nadie. Y debe de ser tan así que un árbitro lo dice de manera tan abierta y natural que casi ni nos llama la atención, ni siquiera a ellos mismos como colectivo. Es increíble, de una falta de rigor expresada tan abiertamente que mete miedo. En manos de quién estamos?