A mí me tocó dos veces en Río Alto y una en Gol.
Lo que es lamentable es que haya diez mil entradas disponibles, se agoten todas, y después no acudan ni siete mil personas. El club debería establecer un sistema para controlar que cada entrada asignada pasa después por los tornos, y cuando no sea así penalizar de algún modo al poseedor, por ejemplo no dejándole participar de nuevo en el sorteo. Esto, de algún modo, obligaría, o bien a asistir si te ha tocado entrada, o bien a no optar a ella si realmente tu intención es no ir al estadio y lo único que buscas es ahorrar unos euros.