Es curioso echarle un ojo a los comentarios del video en TouYube y ver cómo otros hinchas entienden y envidian nuestro himno del centenario:
Muy pocas cosas me hacen sentirme identificado con el Málaga salvo el recuerdo de ir cogido de la mano con mi abuelo en la Rosaleda cuando era chiquitín. Increíble como ese simple recuerdo y el amor a una ciudad pueden edificar una pasión vitalicia por la blaquiazul. Oliveira Dos Cen Anos es exactamente eso. Una patada en los cojones del aficionado de a pie al fútbol moderno. Jarabe contra el nihilismo. Es una celebración, una gran fiesta. Es un canto rebelde. Estas cosas empoderan al aficionado y lo hacen sentirse orgulloso de su equipo, de su identidad y de su historia. La marsellesa del celta.
Menuda regalo nos ha hecho Puchito, por que es nuestro, mi tesorooo.
Al hilo de lo que citas, vengo aquí a hablar de mi libro otra vez.
Es que lo que dice el aficionado malacitano es tal cual: es recuperar la esencia, poner "lo tuyo y a los tuyos" por delante de todo y destacarlos, hacerte partícipe de un sentimiento / colectivo /chámalle x.
Eso, hoy, dónde te pueden llenar dos semanas de noticias hablando de si Mbappe ha pensado, ha dicho o ha mirado de tal o cual forma no se qué y eso significa no sé cuanto, pues es la némesis de lo que te meten a presión entre las cejas todos los días.
O estar hablando de si tal o Pascual en la Kings League o no sé qué hostias, viene esto y te da con la mano abierta en toda la cara.
O que si en el FIFA de este año a Halaand le han puesto 98 o 97 de valoración media, llegan unos fulanos pegando botes y encendiendo bengalas y gritando animando a su equipo, te desmonta el chiringuito.
Es que esto revoluciona todo eso.
Revoluciona hasta el concepto de himno.
Mandamos a tomar por culo la solemnidad y lo que se pone sobre la mesa es un tema para ser cantado por todos, como lo cantarías durante cualquier partido. Con detalles de nuestra cultura que nos identifican, con cánticos de fútbol (ese gran olvidado últimamente) y con una letra preciosa y cargada de sentimiento.
Este año estoy planificando mis vacaciones en torno al primer partido de Liga. Vale, lo mío tampoco tiene mucho más valor porque el sarcoma cerebral celeste ya hizo su labor de zapa hace tiempo y estamos jodidos de por vida, pero el enano lleva todaaaaaaaaaaaaa la putísima semana preguntándome si va a haber recibimiento al equipo en el primer partido de liga porque, claro, hay que montar ambiente. Y que vamos a la grada de animación por supuestísimo. Y que si previa. Y que si la hostia en patín.
Coño, en un crío de 10 años eso hoy es prácticamente imposible de encontrar. Y con este himno, y el video ayuda lo suyo, eso lo catapulta y lo dispara multiplicado por 1000.
Pues lo que dice el amigo malagueño: jarabe contra el nihilismo, celebración y fiesta. ¿Qué más queremos?