Está claro que se vive un estado de efervescencia tremendo, ya no sé si más motivado por la losa tirada al mar que suponía en los últimos tiempos el fútbol de Benítez, o por lo que todos intuimos que puede suponer esta nueva etapa de Giráldez (gusto por el balón, promoción de la cantera...).
Pero no hay que engañarse: o esto se apoya en resultados, o al final todo quedará en agua de borrajas. Y con resultados no me refiero a tener que ganar la mitad de los partidos que quedan, pero si la temporada termina con nuestros huesos en segunda división serán muchos menos los que continúen ilusionados con la nueva etapa de Claudio en segunda.
Pero mientras tanto disfrutemos del aire fresco, que qué gusto, y que nos quiten lo bailao.