Si fuera al revés hablaríamos de amor a nuestro club y ciudad. Va a empezar su novena temporada allí.
Se planteó su salida porque habría cosas allí que no le gustaban y la oferta del Celta le sonaría bien. En la última charla con su presidente, éste le planteó cambiar esas cosas que podían no convencerle y entonces se queda. ¿Para qué va a irse si él y su familia se sienten como en casa allí, le suben el salario, le sacan del club a los que no son de su palo y le dan más poder? Vamos, en una empresa normal me parece el pan de cada día, no sé por qué no puede serlo en el mundo de las directivas futbolísticas.
Lo único que cambia esta situación es que al ser un cargo con mucho componente mediático, ese proceso de conocer bien nuestra empresa antes de firmar y de darle una última oportunidad a su actual empresa ha sido público y eso es lo que vuelve la situación bastante peculiar. Sin duda un chasco para Marian.
Una pena, el perfil y el currículum parecían perfectos.