Marián Mouriño, aunque ya ejercía oficiosamente con antelación, fue nombrada oficialmente presidenta del Celta el pasado 13 de diciembre. El fútbol, sin embargo, no suele conceder los 100 días habituales de gracia. FARO publica hoy la primera parte de la primera entrevista a un medio de comunicación que la mandataria celeste ha concedido desde su proclamación.
Marián Mouriño repasa la delicada situación deportiva, reitera su confianza en que Rafa Benítez liderará el proyecto durante tres años y asegura que sostiene al técnico por convicción, no por obligación. En la segunda entrega, que se publicará mañana, explica su visión respecto a la relación con el alcalde, la reforma de Balaídos, el equipo femenino o Galicia Sports 360.
–Semana terrible, con las dos derrotas ligueras y la eliminación en cuartos de la Copa del Rey.
–Veníamos de una buena dinámica. De los últimos diez partidos habíamos ganado cinco, empatado cuatro y perdido uno. La Copa había generado ilusión. Y ahora hemos tenido una semana en la que parece que hemos vuelto a los inicios. No es así. No estamos en descenso. Pero es verdad que nos ha venido ese bajón. Parece que no somos capaces de tener esa estabilidad que se busca en un proyecto.
–Lleva poco tiempo como presidenta, aunque sí mucho tiempo vinculada al fútbol. ¿Ha empezado a notar la presión, la exigencia o el desgaste público que supone dirigir un club?
–Lo puedes vivir muy de cerca, con cariño. Pero es otra cosa ser la primera que debe tirar del carro, tomar decisiones, mantener la calma… Eso no lo aprendes hasta que estás.
–Usted siempre había dado la impresión de estar tranquila respecto a la situación del equipo. ¿Ha cambiado su grado de preocupación? ¿Está más inquieta?
–La verdad es que no. Sé que es una temporada atípica, muy difícil. Y comprendo que desde fuera no se entienda, que se perciba como una continuidad. Pero es un proyecto nuevo, en el que quieres marcar un estilo, buscar una estabilidad, construir un proyecto deportivo. Y eso conlleva tiempo. Se han producido muchísimos cambios en todas las áreas, también en la deportiva. En mis proyectos siempre me voy marcando objetivos pequeños y a corto plazo para llegar a los grandes objetivos que tengo para el Celta. Que la Copa volviese a Balaídos era mi objetivo. Lo hablaba con los capitanes y el mister. Diréis: “Es que no es ambicioso”. Pero es que no es el año en el que estamos preparados. Y me da mucha rabia porque es el Centenario, en el que todos quisiéramos disfrutar y tener esas alegrías. No se ha dado así. No es el año para consolidar un proyecto en el que has empezado a trabajar, haciendo tu equipo, cambiando dinámicas, reforzando sistemas… Esto tiene que crecer, pero no lo hará en tres meses. No soy un talismán porque mi primer partido como presidenta se ganó ni soy gafe. No soy yo. Es un proyecto que se tiene que construir dando pasos, con estabilidad. Apostar por Rafa ha sido un paso de estabilidad. En verano comentamos que era una apuesta casi segura; que esto quedaba en unas manos con experiencia, que podía mantener la calma pasasen los torbellinos que pasasen. Al final generas una ilusión, esto es fútbol, y al pasar la eliminatoria con el Valencia todos nos vimos en esa final en Sevilla. De eso se trata, de soñar y trabajar para ello.
–Balaídos ha cantado “Benítez, vete ya”. Muchos aficionados no perciben que pueda ser una persona con el recorrido que usted apunta.
–Soy obsesiva, en el buen sentido, con el tema de lo que piensa y siente la afición. Me gusta mucho escucharlos, los comprendo perfectamente. Pero es mi responsabilidad transmitir calma y confianza. Si cada vez que la grada grita algo decidimos una cosa u otra, sería un proyecto mucho más inestable. Hemos visto muchas veces cómo a un jugador se le pita en un partido y en otro se le alaba o lo echamos de menos cuando se va. Tienes que escuchar esos gritos, pero no gestionar por ellos. Todos somos conscientes de que no nos ha gustado lo que hemos visto en casa; a mí inclusive, a Rafa, a los jugadores, a la directiva y obviamente a la afición, que es quien levanta la voz y se hace escuchar. Nadie está contento, está claro.
“Me queda la esperanza de que Gabri vuelva y trabajamos en ello”
–En la junta de diciembre revelaron que el desembolso salarial (sueldos y amortizaciones de fichajes) había alcanzado los 79,8 millones de euros al cierre del mercado veraniego. Una cifra récord. ¿El Celta puede sostener durante mucho tiempo este gasto en plantilla?
–Tiene que hacerlo porque es una regla financiera que existe. Sobre tus ingresos hay una cantidad que puedes invertir en la plantilla. Como estás compitiendo con equipos en las mismas condiciones que tú, lo puedes sostener si logras ser más competitivo que los demás con los mismos recursos. Es uno de los indicadores del proyecto deportivo. Lo tenemos que mantener, ser disciplinados, pero a la vez poder competir sin sufrir.
–En las cuentas de este año se pronostica un cierto equilibrio entre ingresos y gastos, con un beneficio aproximado de un millón, teniendo en cuenta que ya computan los treinta millones de Gabri Veiga. ¿Está el club obligado a vender siempre un Gabri Veiga o no será necesario?
–Hay que prepararse para no tener que depender de vender jugadores todos los años y sobre todo por esa cantidad. Pero todos los equipos dependemos de las ventas. Cuando te calculan el límite salarial, en LaLiga emplean una fórmula en la que cuentan los tres últimos años lo que has vendido y sobre eso sacan una media y te lo dejan gastar. Ellos dan por hecho que tú vas a ingresar el promedio de lo que has vendido en los últimos tres años. ¿Y qué hacemos todos los clubes? Pues nos lo gastamos porque si todos lo hacen y tú no, vas a estar en inferioridad con respecto a tus rivales.
–¿Qué sentimientos le generó vender a Gabri?
–Me generó... Es contradictorio. Es un canterano y quieres que se quede, que estuviese en el año del Centenario. Pero te pide salir y ves que para él supone una oportunidad. Lo que me queda es la esperanza de que vuelva y trabajamos para ello. Hace poco vino, estuvo por aquí, nos pidió entrenar en Afouteza, fue a visitar A Madroa... Las puertas las tiene abiertas para volver al Celta cuando quiera.
–¿Lo ve en un futuro más o menos próximo?
–Dependerá siempre de su carrera deportiva y aquello a lo que aspire. Él tendrá que irlo valorando. Seguramente, como ha pasado con otros canteranos que se han ido, siempre tendrá una llamada y una oferta encima de la mesa para valorarlo. Luego seremos competitivos o no con respecto a lo que le ofrezcan otros clubes, pero seguro que va a tener esa oferta.
–Se palpa que no han dolido tanto las derrotas como los planteamientos ante la Real y el Girona.
–A todos nos gusta ver un Celta más alegre y ofensivo. Pero en la situación en la que estamos nos tenemos que centrar en sacar puntos y tratar de estar otro año en Primera. Llegaremos a partidos más bonitos. El proyecto consiste en llegar a tener un equipo competitivo del que todos nos sintamos orgullosos, ganemos o perdamos. Pero eso no se consigue ni en un día ni en tres meses. Tienes que ir configurando una plantilla que se adapte al entrenador y viceversa, un director deportivo que entienda… En el momento puntual, lo puedes cuestionar todo. Si analizas el entorno y todo lo que ha pasado en estos tres meses, comprendes que no ha dado tiempo a tener lo que todos queremos.
–Jailson viene por dos años y medio; Manquillo, por uno y medio. Son jugadores que Benítez ya había entrenado. Se entiende que el Celta está planificando incluso la plantilla de la próxima temporada pensado que Benítez va a ser el entrenador.
–Nosotros planificamos el proyecto de tres años del que siempre hemos hablado. Después el mercado de invierno se ha visto complicado por el cambio de director deportivo. Empezamos con uno y ahora estamos con otro. Aun así, los fichajes son del club. Son jugadores comentados por todas las partes. Marco (Garcés) conocía ya a Jailson y refrendó ese fichaje, aunque Rafa hablase más de él porque ya lo había tenido. En el caso de Manquillo no fue así. Manquillo salió de este grupo nuevo de scouts que está trabajando en Afouteza todo el día. En esa posición que ellos valoraban que hacía falta reforzar, Manquillo era una buena opción. Se da la coincidencia de que estuvo con Rafa y el mister tiene que avalar cualquier fichaje que venga, pero no es un fichaje que haya recomendado y traído él.
–Ha cundido la idea de que no despide a Rafa Benítez porque su elevado contrato no se lo permite.
–La prioridad siempre será que el Celta esté en Primera División. Nunca haría eso, no dormiría tranquila. Ya vería cómo liberamos los recursos para poderle pagar. Lo contrario no sería una buena gestión y el club tampoco está en un límite en el que pueden estar otros clubes que no pueden echar al entrenador. Realmente yo quiero estabilidad. Hemos cambiado 16 veces de entrenador. Nos hemos acostumbrado todos a que sea lo primero en los momentos difíciles. Si caemos otra vez en eso… Quiero probar algo diferente. Rafa tiene la experiencia. Ha pasado por primeras, por segundas, ha descendido con equipos. Sabe lo que es y cómo levantar un vestuario. Yo confío en que él nos ayudará a salir de este bache. Veníamos en una dinámica nueva. La pasada semana contra el Valencia éramos lo mejor y tampoco era verdad. Ni ahora tan horribles. La Real y el Girona son equipos superagresivos. Sé que cuesta en el fútbol, pero hay que mantener la calma.
–Está dispuesta, por tanto, a ir contra la naturaleza del fútbol. De hecho, en la zona baja, el único que resiste es Benítez. ¿Está dispuesta a sostener eso pase lo que pase?
–Estoy dispuesta a sostenerlo hasta que vea que es insostenible. En principio, por ahora y viendo los números de la semana pasada, estoy dispuesta a sostenerlo, sí.
–Se va a fichar otro delantero, Tadeo Allende, cuando la impresión general del celtismo es que se necesita un centrocampista creativo. ¿Usted entra en ese debate?
–Yo escucho mucho y confío mucho en el equipo que lo está gestionando. Marco sabe lo que queremos. Ha venido con esa idea. Uno de los indicadores, y así lo tiene Marco, es esa conexión con la comunidad. Entendemos que esa conexión hace que tengas un equipo del que te sientes orgulloso porque tiene canteranos, y eso te identifica, y porque juega a algo que te enorgullece ver en el campo. Pero es que Marco lleva un mes y medio. Hablo mucho con ellos de lo que quiero pero no intervengo. No tengo ni el conocimiento futbolístico ni la experiencia para opinar yo de un fichaje. Sí que me tiene que parecer de sentido común y sí que tengo que entender qué es lo que se quiere y por qué; me tienen que argumentar y convencer. No me meto en la gestión deportiva del día a día; sí en los objetivos que se quieren conseguir. Si hablas con Rafa o con Marco, saben perfectamente qué me gustaría que pasase y cómo es el trayecto que quiero construir a tres años. Siempre tienes que tener corto, medio y largo plazo. He heredado una gestión deportiva, una plantilla casi hecha, una dinámica que hay que cambiar. Y las cosas no se cambian tan rápido.
–En la junta reveló que quería modificar la dirección deportiva. Pocos días después se producía la salida de Luis Campos como asesor externo y la contratación de Marco Garcés. ¿Tuvo dudas respecto a los tiempos, a cambiar de modelo a media temporada?
–Vengo trabajando tiempo en el proyecto deportivo. Quería esa presencia e intervención en la cantera, que hiciese que todo el proyecto funcionase a largo plazo. Me encontré otra cosa, con la cual trabajé bien todo el verano. No tengo ninguna queja ni de la implicación ni del tiempo que compartí con Luis y Juanqui (Calero, el representante de Campos en Vigo). Pero me di cuenta que de cara a preparar el mercado de invierno, y lo que pudiese pasar, necesitaba alguien todo el tiempo aquí, que se empezara a incorporar a toda la dinámica. De lo contrario, íbamos a perder una temporada más. Queremos empezar a gestionar cómo suben los jugadores de la cantera al primer equipo, cómo se los integra… Hay un proyecto muy interesante que Marco contará en su momento. Y había que empezar ya. Además, Marco terminaba su contrato allí (en Los Angeles FC) y si no, iba a renovar. Era la persona que quería que me ayudase a montar todo esto. Se dieron los tiempos y se agilizó.
–¿El Luis Campos del principio de verano es igual que el del final? ¿Se fue distanciando del Celta?
–Lo que cambió fue mi perspectiva más que él. Luis tenía un contrato de asesor externo y cumplía sus funciones. Yo me di cuenta de que necesitaba más. Además, cuando las cosas empiezan a torcerse, dices: uy, no está aquí al lado, viajando con el equipo, viendo las sensaciones, comentando, apoyando o cuestionando a Rafa como hacen los directores deportivos con los entrenadores, generando ese debate, esa autoridad sobre los jugadores... Fui yo la que decidí que no era el modelo que necesita el club. Necesitamos a alguien que esté viviendo esto todos los días.
–¿Luis Campos trabajaba a comisión en función de los contratos que hacía el Celta?
–No. Él tenía un contrato de asesor externo.
–¿Qué balance hace de esa etapa de Luis Campos?
–Sigue abierto. De las primeras cosas que me dijo es que los proyectos duran tres años: en el primero heredas cosas, en el segundo cambias y en el tercero se empieza a ver un poco las plantillas que vas haciendo. Aún es pronto para realizar un balance. Si te vas a los números y eres muy objetivo, hemos estado en problemas el año pasado y también en este. Es parte de ese cambio. Pero está abierta la valoración y veremos cosas que dén y quiten razones.
–¿Cómo ve usted a Benítez? Siempre ha sido muy correcto en las ruedas de prensa y en la última se le ha visto más tenso.
–Rafa tiene mucha experiencia pero está pasando por una situación difícil obviamente. No creo que a nadie le guste que la grada le pite. Por muchos años de fútbol que tengas, es una solución que te fastidia. Sales de un partido que has planteado de una forma, no te ha salido como tú lo pensabas y la grada te lo está reclamando. Yo hablo mucho con Rafa. Es un entrenador de club, que piensa en el club y quiere que el club crezca. Está implicado con el proyecto. Le gusta estar en este proyecto. Trabaja, es perfeccionista. Tiene las cualidades que desearías en un alto directivo de cualquier empresa que no tenga que presentar resultados todos los fines de semana. Posee convicción. No se están dando las cosas y esa frustración te va mermando, a todos. No tienes la misma energía que cuando los resultados van saliendo.
–A un sector de la afición le molesta que Benítez reitere su currículo. Quizá se percibe que se siente por encima del equipo, aunque seguramente no sea lo que quiere transmitir.
–Yo creo que lo que quiere reforzar es que posee la experiencia, que lo ha logrado en otros clubes. Lo que dice es: “Dejadme hacer lo que sé hacer”. Esto no es llegar con la varita mágica y sale. Veo proyectos que me gustan mucho como la Real Sociedad y son largos. Hablo mucho con otros clubes y les pregunto cómo eligen a los entrenadores, sus clubes convenidos, la cantera… Me gusta muchísimo aprender de todo lo que hacen los demás. Puntualmente puede pasar algo extraordinario, como siempre en el fútbol. Pero no empezó el primer año la Real y ya pasaba en Champions como primera de grupo, como esta temporada. Las cosas cuestan tiempo. Aunque sé que es difícil, hay que tener esa paciencia.
–La Real tiene a Imanol. Y el nombre que se menciona en la calle es el de Claudio Giráldez. ¿Es una situación incómoda? ¿Qué visión tiene de su papel en el Celta y de su futuro?
–Con Claudio estamos en negociaciones para renovar. No es nada incómodo. Me encantaría que Claudio renovase con el Celta y fuese una opción, que creciese con nosotros, que siga ahí formando a los jugadores y dando ese espectáculo de fútbol, sintiendo los colores como los siente. ¿Por qué no verlo algún día en el primer equipo? Claro que sí.
A la cantera le falta colocar a un entrenador en el primer equipo.
–Sí, sí, por qué no puede ser el entrenador de futuro. Pero estamos ahora mismo en el presente, en renovación. Aún queda mucho y él también tendrá que valorar sus opciones. Es un entrenador que gusta, lo siguen. Como cualquier jugador, cuando destacas, tienes propuestas. Él tendrá que valorar. Estamos en ese proceso de renovación y de que él elija quedarse aquí y esperar su momento, probar fuera y volver o ya veremos.
–Coinciden uno de los peores equipos célticos de Primera en puntos y seguramente el mejor filial de la historia, incluso en juego. Y late esa tentación en el entorno de quitar a todos los profesionales y meter a los jóvenes.
–Ojalá siempre tengamos muchos canteranos que puedan subir al primer equipo. Eso será que seguimos haciendo bien el proyecto de cantera. Luego hay que probarlos, tienen que rendir, plantarse contra la Real Sociedad y dar la cara… Hay canteranos que han subido y han dado la cara y a otros les cuesta mucho más de lo que pensabas, los veías más consolidados en Primera RFEF y cuando los subes ves que aún les falta un poco. Pero esa es la idea del proyecto que tenemos con Marco, de crecer, desde cuándo prepararlos, no acostumbrarlos siempre a ganar… En las categorías inferiores de los equipos los niños están acostumbrados a ganar, no saben gestionar el choque, la derrota. ¿Cómo empiezas a cambiar todo eso para ser más competitivos? Tenemos que serlo desde la cantera para que cuando suban se coman el campo.
–¿Ese nuevo modelo va dirigido a evitar situaciones como la que sufrió Miguel o ahora Hugo Sotelo, con tan pocos minutos de juego?
–Es uno de los objetivos. Marco dice que los jugadores tienen que jugar y son del Celta; no son del Celta A, B o C. Hay que ver cómo desarrollarlos y muchas veces es en círculo. Tienes que bajar, subir. No pensar que como ya subiste, bajar es un castigo. Tienes que estar formándote continuamente. Son los temas que debemos ir cambiando.
“Iago solo piensa en jugar y salvar al equipo”
–¿Cómo ve a Iago Aspas? ¿Tiene una idea de qué papel tendrá en el Celta en el futuro?
–No voy a explicar lo que es Aspas para el club y lo que significa. Tiene firmada esta temporada y la que viene. Nos sentaremos en su momento con él, planificaremos esta continuidad en el campo, veremos cómo hacer y cuál es su próximo objetivo. Yo creo que por ahora él solo piensa en jugar y en salvar al equipo como siempre hace. El próximo año será el momento de pensar si se ve un año más, si ese es el camino o en caso contrario, cuál. Iago siempre será Iago.
–Destaca el caso de Renato Tapia. Comenzó la temporada en el escaparate porque acaba contrato y ahora se está hablando de la renovación. ¿Cómo está la situación?
–Es un asunto que tiene Marco encima de su mesa. Esta historia está más en manos suyas, del entrenador y del propio Renato. Se han emplazado a hablarlo después de que acabe este mercado de fichajes. Hay voluntad de las dos partes, después están las negociaciones de unos y otros... En principio estamos contentos con el rendimiento de Renato y él también está contento de estar aquí.
–¿Cómo es el proceso por el que usted llega a la conclusión de que Garcés es el hombre que quiere para dirigir el área deportiva del Celta?
–Porque lo conozco desde hace muchos años y he visto cómo ha desarrollado proyectos de fútbol. Primero por cómo se ha formado: un hijo de jugador y jugador que decide al acabar su carrera irse a estudiar a Inglaterra Ciencias del Deporte para formarse y aprender de los grandes, de los que lo están haciendo bien. Y después llega e impacta en los equipos que ha tenido que gestionar. Me gusta su forma de trabajar, su implicación. Piensa en su equipo y en cómo va a hacer crecer al Celta como ha hecho en otros. Hemos hablado mucho y durante mucho tiempo cuando estaba en otros proyectos. Ya estuvo por aquí como ojeador, por una operación que se trató de fraguar, también de vacaciones, y ya entonces me hablaba de que había visto al Celta B, al juvenil. Todo lo que hablas con él de fútbol tiene sentido y es un sentido orientado a hacer un proyecto grande más integral. No es “yo te voy a fichar al mejor”, sino que vamos a hacer un proyecto que va a crecer. Lo ha conseguido en Pachuca y en Los Angeles no le dio tanto tiempo pero hizo un equipo campeón, que no es fácil. Todo ese sistema de enriquecimiento del club de procesos de fútbol, que yo añoraba porque no lo teníamos, lo ha implementado desde el día uno. Llega, hace un equipo, les da poder a los scouts de aquí, los vuelve a integrar, los hace importantes, los refuerza. En Afouteza se ha formado un equipo de trabajo en el que notas cosas diferentes. Pero hace falta tiempo. Un dato: en 16 años Marco solo destituyó a un entrenador.
–Por citar el monstruo en la habitación del celtismo: el descenso en el Centenario es una posibilidad que está ahí. ¿De qué manera eso afectaría al proyecto a largo plazo?
–Yo no tengo pesadillas. Como gestora siempre hay que tener presente un posible escenario. Lo haremos todos los años pase lo que pase porque tienes que prevenirlo. Pero sinceramente yo no veo que no tengamos plantilla para sacar esto adelante. Nos va a costar porque no lo veo fácil y vamos a sufrir cada punto. Cada derrota va a ser volver con los fantasmas y todo lo que estamos viviendo estos últimos años. Pero yo confío en los jugadores, en la plantilla, en Rafa, y estoy segura de que lo vamos a sacar.