Yo creo que hubo un error grande de planificación en el verano en el puesto más importante del equipo: el banquillo.
Y no porque Coudet sea malo, o no valga, simplemente porque tener un entrenador en el que no confías para el medio plazo es absurdo. El mismo desenlace que tuvo la aventura aquí de Resino la debió tener Escribá en su día y Coudet este verano.
Se sabía que Coudet y Campos no pegaban ni con cola. Querían cosas diferentes. El resultado es una plantilla a medio hacer, con pulsitos por parte del argentino (negarle el pan a Williot, hacerse el remolón con Luca, la vergüenza de no probar a Carreira ni Miguel en pretemporada siendo Baeza el delantero titular siempre, etc.).
Y de aquellos polvos estos lodos.
Cuando la cosa no funciona, mejor cortar cuanto antes. Como se suele decir, mejor prevenir que curar.
Pero querían una temporada de transición. ¿Transición hacia dónde?, me pregunto.
Ahora a ver que pasa, pero, con suerte, si mantenemos la categoría, el año del centenario será otra temporada de transición. Y no me preocupa, a mi las efemérides no me dicen nada, pero vaya, me queda la impresión de un año perdido. Un año en el que gente como Luca, Williot, Orbelín, Fontán, Miguel Rodríguez podrían haber crecido. Con otro entrenador más corporativo, claro.