El gran debe de la directiva, deportivamente hablando, es empezar a dar con la tecla en el puesto más importante: el de entrenador.
Por aquí, desde que Mouriño llega al cargo, han pasado 17 entrenadores. En 14 años. Una auténtica trituradora.
Aquí la directiva siempre ha sido un poco "snob" dejándose llevar por el nombre. Empezando por Stoichkov.
Creo que hace falta mucho scouting en los técnicos.
Debemos aspirar a tener nuestro propio Arrasate o Alguacil, gente que, sin tener necesariamente un perfil demasiado alto, son inteligentes, saben de qué va esto, hacen sus equipos competitivos y además van formando gente joven por el camino. Un nombre que se me ocurre con ese perfil es Rubén Albés. Pero claro, hay que dejar el snobismo a un lado y juzgar las aptitudes y competencias del susodicho. Hay que echarle valor, como hizo el Osasuna en su día o como hizo la Real subiendo su técnico del filial.
Aptitud por encima de nombre.
Yo para el centenario (y posterioridad) no quiero un entrenador que me ilusione, quiero un entrenador bueno y que se ajuste a lo que quiere el Club (desarrollar potencial joven).