Inspirado por el viejo hilo de "¿Estamos en Barrena?", pero queriendo ser positivo y yendo más allá de lo que pasa en el terreno de juego.
El club cambió de manos hace casi un año (más o menos, porque el dueño sigue siendo el mismo y todo queda en familia), y se han visto muchas señales positivas en todos los ámbitos.
Hay nueva junta directiva con sangre nueva y sobre todo nuevas ideas y ambiciones renovadas (el equipo anterior ya estaba quemado).
Por primera vez, el club tiene un equipo femenino. No sólo un equipo, sino una sección entera, con categorías inferiores. Esto creo que va a tener un gran calado emocional y de prestigio social.
Se han restablecido las relaciones con las instituciones, y la crispación y enfrentamientos de hace poco parecen ser cosa del pasado.
Con todos los errores cometidos durante el proceso, la casa del Celtismo, Balaídos ha dado un salto enorme hacia delante, y aún va a mejorar más. La nueva grada de Marcador ha cambiado por completo el ambiente en el estadio y ha acercado a la afición al terreno de juego. La nueva fachada da la imagen de una instalación moderna y cuidada, en vez del esqueleto de hormigón que se veía antes Cuando la reforma del estadio y entorno esté acabada, no tendremos que seguir avergonzándonos nunca más de la imagen que damos a quienes nos visitan, incluso podremos enseñarlo con un pelín de orgullo.
La nueva sede en Príncipe, no solo dota de patrimonio al club, sino que lo ancla identitariamente en el corazón de la ciudad. Cada turista que viene a Vigo pasa por Príncipe, ve la sede y entiende que está en la ciudad del Celta. Y si entra y gasta unos eurillos, aún mejor.
Hablando de patrimonio y de imagen, el proyecto de Mos, con la nueva ciudad deportiva trajo a la parte deportiva al siglo XXI. Cuando un fichaje venía de un club más moderno al Celta y llegaba a entrenar a La Madroa, pensaba "he caído al tercer mundo". Recuerdo a Denis quejándose de que los viejos campos de entrenamiento aumentaban el riesgo de lesiones. Tener unas instalaciones de trabajo adecuadas es imprescindible para poder rendir.
La apuesta por la cantera, que ha sido real en cuanto a modernizar las estructuras y métodos y hacer un trabajo de calidad con los chavales durante 15 años, parece no sólo consolidada, sino que los frutos de la misma se están multiplicando. Hace 20 años salía un chaval cada 5 años al A. Y era fruto de la casualidad de tener a un chico de condiciones brutales (Salgado, Oubiña), nunca el resultado de un trabajo específico que buscase sacar chavales. No sólo llevamos varios años en donde lo raro es que no suba nadie; sino que este verano se ha dado otro salto cualitativo, y han subido 6 chavales de golpe juntos.
Además, el Fortuna lleva varias temporadas siendo uno de los cocos de la tercera división del fútbol nacional, en cada convocatoria de las inferiores de España siempre un chaval del Celta, dos cosas que son reflejo del gran trabajo de años en la base... y se redobla la apuesta creando un equipo C para seguir dando sitio a más chicos entre el juvenil y el B.
Y luego, tal vez lo más importante e ilusionante, y que probablemente sea un reflejo de todo lo anterior, el renacer del celtismo. Un estadio que se llena en todos los partidos. 27.000 personas pagando por un carnet de celtista. Lista de espera de 4.000 personas por un asiento en el estadio. Y una afición maravillosa que siempre apoya al equipo, en las duras y las maduras. Que son la causa directa de varias salvaciones, de esas "milagrosas" por ir a apoyar incluso en la derrota y nunca volverse contra el equipo ni los jugadores. Muy atrás quedan aquellos tiempos de afición fría y que pitaba a los suyos. Que los más jóvenes no han vivido, pero los de mediana edad aún tenemos muy marcados.
Y bueno, que todo esto es el resultado de un proceso de años, que se iban consiguiendo algunas de esas cosas poco a poco, se iba mejorando institucionalmente y se valoraba, pero parecían servir de poco porque el presidente se peleaba con el alcalde, los padres de los chicos de la cantera, los jugadores, los entrenadores, los comuneros y los aficionados, y se empeñaba en vender a cada gotita de ilusión que salía de A Madroa, valorando más el billete que lo que significaba para la afición, que es la esencia del club.
Pero sobre todo porque la pelotita no entraba. Voy a ser más concreto: porque tenías que haber tirado y aquella pelotita en concreto no entró. Y en nuestros corazones sentimos que aquel momento era el final de una época. La época de la reconstrucción, que nos había llevado de jugarnos la vida contra el Alavés aquel día que un apareció un chavalín de Moaña, hasta soñar con la gloria en Old Trafford. Esa pelotita que no entró nos despertó del sueño. Entendimos en el corazón que el sueño se había acabado y no quedaba nada por delante. En el futuro veíamos "La nada", como aquella niebla devora-mundos de "La historia interminable".
Y nuestra intuición acertó. Se rompió aquel equipo, se despidió a "un dos nosos", y siguieron 7 años de decepciones, miedos, enfados y crispación. Aunque por debajo había esos cimientos creciendo, la fachada era horrible.
Ahora, sin embargo, parece que la pelotita vuelve a entrar, aunque sea de momento. Y eso hace que todos esos capullitos que estaban ahí, creciendo, parzca que empiezan a florecer....
Así que, os lanzo la pregunta ¿Creéis que ya es tiempo de soñar de nuevo?