El mejor portero que yo recuerdo yendo por alto era el Cañizares del Celta, y no era muy alto. Hoy diríamos que era un portero bajo, de hecho.
Quiero decir que la altura no es el factor fundamental que hace un portero bueno en esas circunstancias. Claro que ayuda, pero ayudan más la valentía, la capacidad de salto y la "visión tridimensional", es decir, la capacidad de medir y calcular en menos de un segundo donde va a caer un balón y reaccionar en el momento justo para llegar allí. Incluso me atrevo a decir que es un aspecto (el de los balones por alto), junto con los blocajes, en el que los porteros actuales en general han involucionado con respecto a los porteros de hace 20 ó 25 años.
Perdón por desviar tan pronto un hilo recién nacido, pero es que me apasiona el tema.
Obviamente la altura es un factor entre muchos otros, pero si te falta en un portero tienes muchísimo que compensar con el resto de virtudes. Para obtener el mismo resultado, si con 1,90 podías ser normalito en ciertos aspectos y rendir bien, con 1,80 tienes que ser tremendamente excepcional.
Me serviría el mismo ejemplo para el juego aéreo en los centrales, por ejemplo. Sí, siempre ha habido contadas excepciones con gran capacidad de salto, inteligencia, agresividad, etc. como Roberto Ayala. Pero para el 99%, si estás rondando justito el 1,80 vas a sufrir por arriba y tu equipo lo va a notar. Nosotros por ejemplo no podríamos poner una pareja Aidoo-Fontán sin ayudas específicas porque sufriríamos por arriba. Y uno va sobrado de explosividad y el otro no es alto, pero bajo tampoco y esos aprox. 5 cm. extra de diferencia se notan.
La exigencia es muy alta, cada vez la media de altura y la preparación física de los futbolistas va subiendo y lo que antes era una pequeña desventaja ahora puede ser un obstáculo insalvable. Si nos vamos incluso bastante más atrás de Cañizares, podremos encontrar grandes porteros y grandes centrales históricos que eran prácticamente retacos. De hecho, en el fútbol sudamericano todavía hasta hace no tanto podían ser estrellas, pero en Europa no se comieron ná (Jorge Campos, Óscar Pérez, Higuita, Fillol...).
Hoy en día cuesta imaginarse un portero de primerísimo nivel que no pase holgadamente de 1,80 m.