He sentido cosas, cosas intensas:
A mí esto que hace siempre del teatrillo constante por un lado, y por otro la necesidad de meterse en peleas aunque no venga a cuento no solo no me parece positivo, sino que no me gusta nada. Porque no lo hace siquiera con inteligencia para sacar provecho de esas situaciones, sino simplemente porque es su forma marrullera de ser y no es capaz de evitarlo. Se pasa los partidos con ganas de gresca y a menudo perjudicando al equipo. Aunque el equipo tenga prisa debido al resultado se pone igualmente a hacer teatro en el suelo, se lleva tarjetas totalmente innecesarias con el juego parado (incluso una vez acabado el partido), le tienen los árbitros cogida la medida del teatro y la gresca exagerados y le pitan menos, etc.
La agresividad es positiva como aptitud suya, pero el resto sobra. Si quiere un espejo en el que mirarse, que mire a Puyol, no a Pepe. Ya se ha llevado alguna bronca en el vestuario. Me parece curioso la cantidad de gente que disfruta tanto de la violencia que defiende la reacción de, sin haber siquiera participado en el partido, meterse como un elefante en una cacharrería a subir el nivel de violencia de esa situación de Borja con sus ex-compañeros. Y que tengan que separarle e ir luego Iago pidiendo disculpas por su reacción. Me gustan los jugadores (y personas) que se imponen, defienden a sus compañeros y no se dejan mangonear, no los que elevan el nivel de violencia de un conflicto innecesariamente. En él es constante. Hemos liberado casi todas las gradas de los estadios de fútbol de hooligans violentos, como para ahora tenerlos en el campo.
Pero bueno, que Yoel ha sido así siempre. Tampoco le doy la importancia que pueda parecer en este mensaje, sino que quiero contrarrestar el punto de vista expuesto de celebración de estas situaciones. Si encima le alentamos, este chaval acaba con alguna situación y sanción gorda.