Es cuestión de no permitirse ese tipo de relajación hasta conseguir los objetivos, por mínimos que sean. Y en este caso, primero y antes que nada, es la salvación en Liga. Luego llegan los diez últimos partidos de la temporada pasada y nos quedamos todos mirándonos con cara de cona (con perdón).
Pero claro, si el propio club establece diferencias entre los dos partidos con la Real y para la Copa armamos gran alboroto con recibimiento y bengalas, el mensaje está claro.
Luego llegaremos al domingo contra el Girona, quizás eliminados de forma injusta en los penaltis, y sin recibimiento ni leches y los jugadores dirán que sin dosis para superar la bajona no estaban recuperados.