Ayer, además del show de las 7 finales y todo el material autopromocional que se sacó por las cadenas alante, se detuvo en un aspecto técnico que para él explica el bajón. Y la clave para él fue la baja de Mingueza, que descompensó el equipo, a lo que se sumaron lesiones o semilesiones. Habló de una banda derecha de desborde y otra izquierda de estabilidad.
Sin Mingueza se le desarmó el puzzle (eso lo admitió él mismo) y no fue capaz de encontrar soluciones eficaces, más allá de persistir en los mismos errores y forzar soluciones que implicaban varios cambios de posición en vez de solucionarlo directamente con jugadores del B. Y eso es su responsabilidad. Ya sabemos que este club no es de ponerle las cosas fáciles a los entrenadores, el historial está lleno de ejemplos. Pero lo he visto sobrepasado desde hace semanas, en una espiral creciente de desaciertos técnicos, detalles de comportamiento y en las RdPs que han acabado ayer con la guinda de sus declaraciones fuera de tiempo y de lugar, que han rozado el ridículo. Y eso va a ser muy difícil revertir si continúa... que todo apunta a que no, seguramente porque tampoco le apetezca o, como decían ayer en la gallega, porque tiene el orgullo de marcharse él diez minutos antes de que lo echen.