Ha hecho lo que creo que todos, detractores o defensores, tenemos claro que sabe hacer bastante bien: meter el dedo en el culito a un equipo desmotivado y activar a la gente a corto plazo. Algo que por ejemplo Resino o Escribá lograron aquí en su momento, también sin dejar en general buenas impresiones futbolísticas ni lograr mucho más que lo justo para no descender. Una vez el tema va más allá de estar activados en unos cuantos partidos y hay que dar el paso de crecer futbolísticamente con un proyecto sostenible y unos conceptos tácticos más complejos, a Coudet empiezan a vérsele muchísimo las costuras. Probablemente tampoco vaya a estar a medio-largo plazo en Vitoria.
Aún así, estamos hablando de alabarle tras vencer 1-0 al colista descendido desde hace mucho tiempo, que ha perdido nada menos que los últimos 11 partidos consecutivos y sacado 1 punto de los últimos 54 (madre mía el Valladolid, qué numeros...). Esto con un Alavés con el que tras esta victoria ha hecho una media de 1,17 puntos por partido, que ha sido suficiente pero tampoco es para tirar cohetes. De todas formas, ha cumplido su cometido y eso es lo importante. Tarea cumplida. Pero si fuera aficionado del Alavés estaría preocupado ante la idea de empezar un proyecto a largo plazo con Coudet.