Coudet es muy emocional. Depende mucho de una conexión con afición/jugadores.
Sabe hacer reaccionar a sus jugadores, sabe meter el dedito en el culito, que decía Nolo, y ponerlos a funcionar. La cuestión es que no es un entrenador que tenga continuidad en el tiempo porque el dedo en el culo llega un momento en el que molesta. Y cuando eso deja de tener efecto no hay más.
Aquí se vio claramente. Logró enchufar a un equipo desenchufado. El problema es que cuando las baterías empezaban a vaciarse no supo qué hacer. Equipo en caída y seguía jugando a lo mismo con los mismos esperando un resultado diferente, que nunca llegaba. Riqueza táctica muy pobre.
Muy de la antigua escuela, de un fútbol que, para bien o para mal, ya ha dejado de existir. Este tipo de entrenadores que dependen puramente y casi exclusivamente de lo emocional están condenados a desaparecer, por muy joven que sea.