No sé si era mucho o poco, pero parece evidente que fue un dispendio.
El objetivo era mejorar y crecer, y hemos conseguido justo lo contrario. A mí me parece especialmente grave. En un momento en que muchos equipos de España estaban con problemas económicos, el Celta estaba saneado, y tenía la oportunidad de tomar la delantera a nivel tanto económico como deportivo, e incluso social, y tenía dicha oportunidad porque otros equipos de su nivel, por su situación financiera, no podían permitirse ese cambio.
Pues bien, el Celta no solo no consiguió rentabilizar su posición de ventaja sino que se ha dejado adelantar por otros equipos de un nivel semejante. Lo que nos queda es una plantilla en descomposición, que este año volverá, de primeras, a debilitarse, porque quien pagará el desmán de Benítez será Larsen, y es muy posible que no sea una venta para fichar, sino para cubrir agujeros. Deportivamente, es evidente que hemos empeorado estos años, y bastante. Pese a todo lo gastado, aunque las comisiones no han disminuido, precisamente.
En lo económico, somos un equipo que actualmente va a pérdidas, con una directiva que todavía tiene mucho por demostrar y que a día de hoy, para mí, tiene un suspenso rotundo. Suspenso rotundo porque, por mucho que sea nueva, los que cortan el bacalao ya estaban en el barco. Por lo de pronto, nos hemos sacado la foto con ciertos sectores políticos para dar un pelotazo (otro) urbanístico, el tema está en los juzgados, y sabe dios como termina.
Tengo claro que tanto Campos como Benítez quedarán como enseña de esa oportunidad perdida del Celta. De la oportunidad de crecer, que terminó en un señor que le regaló el dinero del equipo a vendehumos que solo lo empequeñecieron.