Por aportar otro punto de vista, perdonadme si ya lo ha comentado alguien. Resulta que el punto fuerte del presidente, y en eso tenemos que estar todos de acuerdo, es la gestión: absorción de la deuda, ciudad deportiva, sede, etc. Su punto flaco es la conexión con el celtismo, la sensación de desapego, el infravalorar el sentimiento porque lo importante se mide en euros.
Sin embargo, ayer se le llenó la boca de palabras como traición, celtismo, afición, que tienen mucho más que ver con el sentimiento que con la gestión. A mi me parece un discurso poco consecuente, si apuestas por la economía y dejas el sentimiento en un segundo plano no puedes tomar decisiones sentimentales cuando te apetezca y darle la vuelta al calcetín cuando te conviene. En qué quedamos?