Aficionados ultra derechistas o pro terroristas hay en casi todas partes, por desgracia.
Por suerte, son minoría en casi todas partes.
Decir que toda la afición Lazio, club de una ciudad de varios millones de habitantes, con cientos de miles de seguidores es un club nazi, y meter en ese saco a toda su afición, es mear fuera del tiesto.
Nunca he visto más neonazis juntos que en la previa de los partidos del Bernabéu. Luego, como la mitad de la gente futbolera que he conocido a lo largo de mi vida son Madridistas, y ninguno es pro-nazi. Algunos son incluso galeguistas.
Así que mezclar churras con merinas, tocino con velocidad o deporte con política, nunca lleva a nada.