Sé que no va a pasar por quienes dirigen este club, pero que bonito sería que Gabri fuese nuestro Zubimendi, nuestro Oihan Sancet, o nuestro José Gayá. Nuestro jugador insignia que todos los clubes top de Europa quieren, pero él no quiere jugar en ningún sitio que no sea su casa, su hogar.
Sea como sea, Gabri ha demostrado hoy que es ese tipo de jugador TOP, de noches grande que por muy mal que esté, siempre resurge de sus cenizas cuando su equipo más lo necesita. Pase lo que pase este verano, eres ya historia de este club, Gabri, y creo que hablo en nombre de todo el celtismo cuando digo que pase lo que pase, estés donde estés en el futuro, siempre nos alegraremos de todo lo bueno que te pase. Gracias, Gabri, muchas gracias por todo y ojalá este no sea tu último partido con la camiseta del Celta. Rezaré para que así sea.