Con la euforia nos hemos olvidado de comentar fríamente los goles, pero creo que merece la pena.
El segundo gol es un toque sutil perfecto. Quisiese tirar o centrar, el veneno que lleva ese balón es oro de muchos kilates. Fuerza perfecta, colocación perfecta, que si incluso fuera un pelín menos fuerte daría tiempo a Seferovic a llegar al remate.
El primer gol lo firmaría cualquier 9 del mundo. Se perfila, cuando ve que el defensa le va a encima mete inteligentemente el cuerpo entre defensor y balón, obligando al defensa a frenarse para no arrollarlo, y una vez delante del portero, con un golpe de tobillo la cruza, sin demasiada fuerza pero pegada al palo, imposible de llegar. Anda que se puso nervioso el niño...
Tenemos una joya de 20 años. Y de la casa y de la tierra y celtista. Cada vez que pienso en lo que hizo el dueño hace meses, convocando esa rueda de prensa de despedida de Gabri, faltando meses de competición, diciendo con una sonrisa de oreja a oreja que el chaval estaba fuera, que se iba a ir, que gracias por todo y que volviera cuando quisiese... me hierve la sangre. No sabemos cuidar lo nuestro. Nos merecemos todo lo malo que nos pase. Bueno, corrijo, se lo merecen ellos, la afición no.