Dejando de lado la polémica de la segunda amarilla, que ya está todo dicho, también hay que hablar de la primera. Acción totalmente temeraria. Una jugada sin aparente peligro, prácticamente a la altura de mediocampo, y después de santito vas con la plancha de los dos pies y pisas al rival. Por cosas así han sacado rojas directas (que se lo digan a Gabri en Almería, que además fue sin querer, esta de Tapia me parece más intencionada).
A estas alturas no va a cambiar, pero un tipo que no sabe medir es un auténtico peligro. Una pena porque tiene unas condiciones muy buenas, pero esto de ir al bulto, cargarse de amarillas rápido, o hacer una entrada dura innecesaria... no compensa demasiado. Ser mediocentro rascador no implica que tengas que ser un temerario.