¿Alguien se imagina que hubiese sucedido si los actos de este hombre los hubiese protagonizado, por ejemplo, un utillero? Lo más normal es que estuviese en la calle ipso-facto. Pues eso, no deberíamos estar dándole tantas vueltas a todo esto.
Él mismo, si tuviese un mínimo de dignidad, no hubiese tardado ni 24 horas en ofrecer unas disculpas sinceras e irse. ¿Que no lo hace? Pues hay que hacer todo lo posible por echarlo. TODO. No puede ser que un cuñado de este calibre ostente un cargo de ese tipo que, como una de sus características principales, tiene la representación de la federación deportiva más importante del país y, por extensión, representa también en multitud de eventos hórridamente mediáticos al propio país.
Ya llevas tres días de retraso. Cuñado, vete ya.