El trato que nos está dando el Valladolid es bastante indignante. En plan no querer siquiera nuestro dinero, como si Zorrilla estuviese siempre al 400% (sabemos que no es Riazor, no nos engañan).
Lo peor, es que en realidad, siempre lo ha sido. Todavía recuerdo la última vez en Segunda, que nos hicieron salir más tarde y con un paseíllo de antidisturbios.
Le comenté a mi hijo que tal vez no podamos ir con las bufandas a la vista por si nos dicen algo y nada más decirlo se me cayó el alma al suelo.
Tal vez sea mejor echar cuentas de un desplazamiento a Vigo.
PD - Una anécdota familiar que me resultó agridulce: hablando de lo bonito que sería llegar a Europa le pregunté a mi hijo a qué estadio le gustaría ir a ver un partido de competición europea y me respondió al segundo que en Balaídos…