El Girona era un grandísimo equipo la temporada pasada y sigue siendo un gran equipo en esta. Efectivamente, aunque ha perdido piezas importantes, le ha dado continuidad al proyecto de Míchel, lo que lo convierte en un grupo muy trabajado, que siempre quiere la iniciativa y que, por tanto, yo ya intuía que nos iba a costar bastante más que contra el Atlético, ya que al quitarnos el balón y al someter a nuestro sistema defensivo a un mayor estrés la sensación de pérdida de control iba a aparecer.
Pero curiosamente, increíble que es el fútbol, el otro día en un partido en el que sometimos al rival casi por completo nos fuimos de vacío y hoy, en un partido mucho más igualado, porque tampoco creo que el Girona haya sido superior, rascamos un punto. Y yo, que normalmente los valoro en su justa medida, hoy todavía más, por de donde veníamos y quien era el rival.
En cuanto a la intensidad de las rotaciones de Claudio, pues no sé, entiendo ambas posturas, la de quienes prefieren saberse un once de memoria y cambiar lo justo y necesario por lesiones y descansos obligados por la acumulación de partidos, y también entiendo al que defiende que mantenga a toda la plantilla involucrada y en forma. Al final de temporada, en función de cómo nos haya ido, se podrá afinar más en el análisis.
Aunque viendo el reparto de minutos que está haciendo Claudio tengo verdadera curiosidad por ver cómo va a llegar el equipo al último tercio de temporada, donde de verdad se juegan las habichuelas, en comparación con otros equipos. Igual ahí se entiende mejor todo esto.
Mientras, yo me sigo divirtiendo.