Pues yo no le recuerdo tragadas, quizás la del partido de copa contra el Espanyol. Pero era peor que eso, una sensación constante de incapacidad, de no llegar al rendimiento mínimo exigible en un portero de primera. La tragada la hacen hasta los top, porque el error es consustancial al ser humano. Lo que se valora en un portero es una trayectoria de seguridad, fortaleza mental, concentración y que pare alguna imposible de vez en cuando.