Hace siempre lo contrario de lo que toca, pero, eso sí, en cualquier parte del campo. Si toca retener el balón, da un pase a un fuera de juego; si toca soltarla rápido, la retiene. Si toca acabar una jugada, se estrella contra un contrario conduciendo. Es un espíritu libre al que no le conciernen las normas del deporte. No recuerdo un jugador que desconozca tanto los fundamentos del juego. Muchos malos, pero al menos sabían que jugaban al fútbol aunque la pusieran picuda. Lo único que tiene es físico, pero no sabe cómo usarlo. Y no lo veo en edad de formación.
Sólo de los últimos minutos, me acuerdo de dos intervenciones: un contraataque en el que recibe, espera a que Douvikas se meta en fuera de juego y da el pase en profundidad (inalcanzable, por otra parte); pérdida de balón cuando lo que interesaba era hacer retroceder al Betis y aguantar el balón en su campo, donde no nos lo robaban con la facilidad que nos presionaban en defensa. La otra es en la banda derecha donde se cierra él mismo contra la línea y la pierde (ya puestos, ni la intenta despejar), cuando es evidente que no sabe regatear ni proteger un balón. No recuerdo si el resultado de esa jugada fue luego el empate o si fue la anterior que mandó el Chimy arriba. Un desastre. Y éste es el mejor nivel que ha sido capaz de dar desde que llegó.