Típico partido de Bamba desde que llegó. ¿Mal partido? No. ¿Bueno? Pues tampoco. Se esfuerza, corre, aparece por todas partes, presiona... pero es que luego no mejora casi que ninguna jugada en la que participa.
Ya lo he comentado alguna vez, pero no se qué tiene Vigo para algunos jugadores que se transforman. Bamba es un gran ejemplo. Siempre fue un atacante puro, con poca exigencia defensiva, pero muy determinante en las inmediaciones de área rival. Último pase o, sobre todo, remate. Aquí es un jugador que destaca más por su defensa sin balón (creo que ha defendido más el año y medio que lleva en Vigo que en el resto de su carrera junta) que por lo que hace con él. Un jugador que disparaba en cuanto tenía la mínima opción aquí ni se atreve. Un jugador que era técnicamente bueno aquí le cuesta un mundo hacer un buen control o no llevarse el balón a trompicones.
Pero no es el único. Ristic, jugador muy ofensivo que se incorporaba muy bien sin balón, disparando desde lejos y poniendo buenos centros, aquí ni se atreve a cruzar la línea de mediocampo. Y las pocas veces que lo hace no ofrece ninguna solución.
Jugadores que llevan año y medio aquí ya.
Más atrás tenemos a un Beltrán que llevaba la manija de un Rayo que acabó primero en Segunda y ascendiendo. Aquí se esconde y no saca ventaja a ningún pase.
Por no hablar de un Cervi, extremo gambeteador, de encarar y desborde, que fue llegar a Vigo y cogerle miedo al balón.
No hablamos de jugadores que den un rendimiento peor al esperado, que eso siempre pasa, aquí y en todos los lados. Hablamos de jugadores que se convierten en futbolistas diferentes. Atacantes que solo sirven para defender, jugadores de buena técnica que ahora no son capaces de controlar un balón en condiciones cuando no le tienen miedo al balón. Situaciones difíciles de entender.
Bamba se está cervinizando. Aporta mucho en defensa sin balón y se agradece, pero se le piden otras cosas. Por quién era, por sus condiciones, por posición, por salario.