Aquí en el Celta hay una pauta que creo que deja de ser casualidad. Y es que es pisar un jugador Vigo y su nivel individual cae en picado.
Beltrán era un estandarte en el Rayo de Segunda que acabó ascendiendo. Aquí le cuesta un mundo controlar un balón sin dar cuatro toquecitos antes, o dar un pase de primeras y no digamos dar un pase que genere una superioridad.
Bamba era un jugador tanto en el Saint Etienne como Lille era muy peligroso y determinante en las inmediaciones del área. Aquí se tropieza y se cae al conducir una contra (literalmente ayer).
Ristic en el Montpellier lo recuerdo como un jugador muy ofensivo. Era carrilero en una defensa de tres centrales. No tiene desborde, pero sí que corría la banda y ponía buenos centros, su disparo potente era una amenaza constante. Aquí en cinco meses no le recuerdo un centro bueno ni un solo intento de disparar a puerta.
Y esto tres ejemplos actuales, no nos vamos a dos, tres, cuatro años atrás porque no acabamos más.
Supongo que esto tiene alguna explicación. Probablemente una de ellas y la más importante es el amodorramiento que sufre el jugador por la absoluta exigencia por parte del Club y de la afición. Aquí con salvarnos en la última jornada dando lástima, más por demérito de tres peores que por méritos propios se aplaude con las orejas. Aunque tengamos el décimo presupuesto y el décimo límite salarial. Y eso cala. Ese vestuario lleva viciado años.
Tampoco ayuda que ante este panorama llegue un entrenador que sale a buscar el 0-0 y no le da a sus jugadores ninguna exigencia ofensiva, al contrario ves a atacantes defender o a jugadores ofensivos (como Ristic) no pasar del medio campo.