De Armando Álvarez hoy en el faro.
"Poco importa qué fichajes reclute Luis Campos a los postres del mercado. Rafa Benítez es la estrella del actual proyecto céltico. Un entrenador con jurisdicción de manager, intervencionista e ideólogo. Benítez está moldeando al Celta a su imagen y semejanza. Adoctrina a los jugadores en su orden. Pero incluso él necesita una correcta interpretación que dote de eficacia a sus instrucciones. Mingueza destaca en la claridad de su lectura. Ejecuta la partitura del entrenador con fineza de pianista; como tal se reveló durante las reuniones de vestíbulo en la concentración de pretemporada.
La visita a la Real resulta representativa. Benítez quiso remediar la esterilidad ofensiva de su equipo al contrario de lo que cualquiera esperaría: retirando en el descanso a su pivote creativo, Hugo Sotelo, para añadir un central, Aidoo. En situación de urgencia, no se conformó con intercambiar piezas. Agitó su varita táctica. Pero en este ajedrez, los peones poseen entendimiento.
El gol, aunque de embrollo, premia la excelente actuación de Mingueza. El catalán abandonó el corsé de lateral para ocuparse de todo el flanco, casi más de medio de banda en un 3-4-3 que de carrilero. Una disposición que entronca con la tradición holandesa de su formación azulgrana. Pero que en realidad desempeñó a la perfección porque la gran cualidad de Mingueza es su conocimiento del juego, especialmente de la ocupación de espacios.
Mingueza ayudó a apretar a la Real contra su área. Pisó el último cuarto de cancha con constancia. Buscó el remate desde el lado contrario al balón. Proporcionó fiabilidad a la circulación. Materializó de manera adecuada, en resumen, lo que Benítez había dibujado en su imaginación.
La versatilidad es igual bendición que condena. “Juegas de todo y juegas de nada”, dicen quienes la disfrutan y padecen. A Mingueza le ha acompañado siempre la duda de su naturaleza, entre central y lateral. Las exigencias físicas de Primera División lo han decantado definitivamente hacia el flanco, aunque también podría funcionar en defensa de tres.
Este mismo Mingueza, funambulista sobre la cal ante la Real, incisivo pese a su falta de explosividad, es también el Mingueza sobre el que Carvalhal inició la remontada liguera. Y en ese caso, buscando trayectorias muy diferentes. Carles Pérez encara siempre, sin tiempo para que el lateral lo doble. Mingueza prefería explorar los pasillos interiores, dando superioridad a la medular celeste en las fases de posesión.
El equipo aún conservó el ímpetu tras la lesión muscular del defensa, de la que recayó para sumar tres meses de baja. Pero Carlos Carvalhal lo añoró ciertamente cuando se produjo el colapso que casi conduce al Celta a Segunda División. Este año, sin el peso jerárquico de Hugo Mallo opacándolo, con Kevin claramente ceñido a su papel secundario, Óscar Mingueza afronta una campaña clave para su maduración. Tiene aquello que Benítez, como cualquier compositor, exige: la disciplina necesaria para respetar su libreto y la creatividad necesaria para dotarlo de vida."