Ayer, en ataque, tuvo tres o cuatro balones que le llegaron llovidos desde Cuenca y, sin darse importancia, con un solo toque los amansó y los puso rasos al medio del área. Merecían el gol. Eso no hay nadie en la plantilla que lo sepa hacer. A ver, a alguno más le puede salir alguna vez, pero hacerlo consistentemente como lo hace él, nadie.
En defensa era desesperante ver como permitía una y otra vez centrar al Mallorca, quedándose a tres metros del lateral, brazos abajo y mirando. Casi el único argumento en ataque del Mallorca, balones a la olla. Daba la sensación de que su jugador a veces se quedaba parado como diciendo “Pero, ¿no me vas a entrar, de verdad? Pues pelota al área”. En la segunda parte, cuando tenía que recuperar daba pena verlo llegar al trote diez segundos más tarde que el resto. Menos mal que estaba Javi.
Los veinte millones (aunque la mitad sean para el Barça) son por este pack completo. Yo no dejaría que se fuera ahora si pudiera evitarlo (dependerá de lo que él quiera si están dispuestos a pagar la cláusula), pero en verano me lo pensaría.