Vengo de ver Civil War. Es cine clásico, hecho por un director (Alex Garland) que sabe contar una historia. Menos de dos horas en las que no sobra prácticamente nada.
Lo de menos es por qué hay una guerra civil en Estados Unidos. Ni se explica, ni importa. Se puede intuir en las preguntas que uno de los personajes hace en los primeros minutos de la película, pero eso es lo de menos.
Es una película de periodistas en esa guerra, como eran The Killing Fields o El año que vivimos peligrosamente. Y de lo que se trata es de aprovechar la propia peripecia de los periodistas para mostrarnos que la guerra es una mierda que deshumaniza a los que se sumergen en ella (hay una secuencia muy reveladora sobre los que no se sumergen), donde no hay buenos ni malos; si acaso, malos y peores, pero tampoco se distinguen mucho. Hay acción, claro que hay acción. Muy violenta y explícita. No en todo momento, porque lo esencial es seguir la evolución de los personajes. Los militares sacarán unas conclusiones de la película, los periodistas, otras, desde el punto de vista profesional; ahí no me meto.
Kirsten Dunst hace probablemente el papel de su vida (al menos, a la altura de Melancolía) cuando quizá ya no se lo esperaba. Medio reparto de Devs (una serie del mismo Garland, más que recomendable, pero en un registro muy filosófico) está aquí. Jesse Plemons domina una escena de unos cinco o siete minutos que, si toda la película te mantiene agarrado a la butaca, en esa directamente te acojonas.
Probablemente, no cuenta nada que no se haya contado varias veces; pero es cine del que merece la pena pagar la entrada.
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Bonus track: el tráiler de Furiosa (Mad Max, George Miller) promete. Ya me está tardando.