Final. 3-3. En este final ha faltado mucho oficio. Hay balones que hay que echar fuera, no despejar o buscar un contraataque.. Saques que hay que obstaculizar. Fallos individuales groseros. Pero la culpa de lo de hoy, en buena medida, es de Tincho. Hay que trabajar esas cabezas.
Al menos, no se ha perdido, que ya es algo tal como veníamos.
Y siempre he repudiado los gritos de “a Segunda, a Segunda”, porque no me gustaría escucharlos a mí, pero después de ver a esta tropa y algún espécimen como el tal Carmona, hasta dudo de mis convicciones.