Partido atado, sin ningún atisbo de que se desequilibrase porque nadie arriesgaba. El planteamiento de la Ponfe invitó a ello y el Fortuna aceptó la invitación, tampoco le echó intenciones a un baile al que la Ponfe no quiso ni rozar la pista. Jugamos todo al pie, en apoyos cortos y seguros, sin arriesgar nada, por si acaso. Síntoma de lo que digo, fue una jugada en medio campo con un mal control de Lago en la segunda parte al que ellos pensaron que llegaban, salieron a robar pero Yoel se rehizo. Ese desequilibrio tan lejano a la portería rival permitió que un semi fallo propio acabase abriendo una grieta por la que Yoel, improvisando por las circunstancias, casi llega hasta la nevera de la cocina rival. Un desequilibrio accidental y extraordinario en el contexto del partido, porque nadie arriesgó nada y los de la grada nos aburrimos. Eso fue lo malo . Lo bueno fue que un equipo de chavales fue capaz de aguantar esa tensión competitiva sin dejarse llevar por el afán de victoria, que suele llevar precisamente a la derrota a este tipo de equipos presuntamente bisoños. La Ponfe, en campos de otros filiales, incluso en el nuestro en otras circunstancias , se hubiese llevado el partido con un gol rácano. Pero no lo hizo, y eso es bueno, refuerza.