No es que jueguen en la misma liga que nuestro filial, es que a duras penas están a su nivel.
Contar espectadores, celebrar efemérides (creo que dentro de poco ya van a festejar hasta las semanas con tal de huir de su mísera realidad: "esta semana se cumplen exactamente 782 semanas de la consecución del xxx título...") e invitar a antiguas leyendas. Para eso han quedado. Como la solterona que se ha hecho mayor y se acuerda de los cuatro polvos que echó cuando era veinteañera, y ahora se consuela viendo la foto del antiguo novio mientras le gira la cara hasta el butanero que se cruza con ella por las escaleras del edificio donde reside esperando el estertor final que la libere de su agónica, insulsa e intrascendente vida.
Seguís penando Coruña. Y dando pena