Al igual que muchos sufrí la desaparición del viejo delcelta. No sé la importancia real que tenía en mi vida, pero desde luego ocupaba un hueco que se hizo difícil de llenar de otro modo durante estos meses. Me sentía huérfano consultando solamente la prensa sin la posibilidad de leer a tanta gente interesante, tantas opiniones, muchas de gran valor, sobre uno de los nervios centrales que conforman la estructura de mi vida: la afición por el Celta.
Ojalá todo vuelva a ser lo más parecido a lo que fue, porque aquello era grande, importante, era la mayor comunidad celtista de la que yo haya participado. No sé si lo conseguiremos, pero yo pondré mi granito de arena participando como antaño en la medida que mi día a día me lo permita, y también alertando de la existencia de este nuevo espacio a unos cuantos de los más míticos de aquel delcelta que espero que a no mucho tardar se dejen caer por aquí.
No sé si mejor o peor de lo que tuvimos, pero desde luego ilusionante. Un nuevo comienzo.
Hala Celta.