Que Iker, el mejor jugador de esta temporada en el filial, que está siendo tan dominante, no haya tenido ni un solo minuto con el primer equipo, ni siquiera una prueba en un partido de Copa que juega en categorías inferiores a la del filial, pero no sólo eso, sino que en ningún momento esté en dinámica de primer equipo, solo un par de entrenamientos aislados para poder sacar la foto y subirla a redes, es preocupante.
Que el entrenador esté descubriendo a estas alturas que Miguel puede aportar, un chaval que no se cansa de insistir en buscar la portería rival, teniendo en cuenta el equipo plano que tenemos, lleno de jugadores que se asustan o que se les baja la persiana cuando pisan inmediaciones del área, es muy pero que muy preocupante. Ya no es una cuestión de cantera, es una cuestión de que no estás apostando por el perfil que necesitas como el comer, tenga 19 o 30 años.
Al final, como siempre en estos casos, es una cuestión de valentía.
Mira el Valencia. Sin hacer apología de la cantera, el entrenador se atrevió a poner a chavales cuando los necesitó y el resto es historia.
Aquí acojonados con meter a un chico del filial, no vaya a ser que se cague encima. No como sus compañeros del primer equipo, que tienen todos una competitividad y un desempeño en defensa acojonante.