A estas alturas no creo que haya nadie que se emocione por Unai. Pero si lo hace bien (como ayer) también habrá que decirlo.
Otra cosa es que poco tardará en cagarla de nuevo en cuanto tenga ocasión por ese exceso de confianza que tiene en hacer cosas que no sabe.
Para mí, junto a bastantes otros, es una baja clara de cara al verano. Hay que empezar a asumir que con ciertos futbolistas se va a perder dinero, pero es necesario si queremos dar un paso adelante.
En cualquier caso, por alguna razón, desde el Club lo ven como alguien importante. Y el único que se emociona con él es el entrenador, que lo ha puesto siempre, siendo ayer, jornada 25, el primer partido que se quedaba en el banquillo.