Intento no perder la esperanza en que, con muchos partidos, continuidad y confianza reduzca la frecuencia de estos errores de bulto en los que básicamente regala un gol al rival o directamente lo mete él mismo en propia. Era la principal crítica que recibía en Bilbao (básicamente lo que aquí conocemos como Cabraladas) y por la elevada frecuencia de este tipo de errores acabó pasando de internacional absoluto a último central del Athletic. Cualidades tiene de sobra, pero un central tiene que ser fiable. De momento creo que en el análisis global de su aportación, su rendimiento ha sido claramente inferior al de Araújo, pero es pronto para hacer una valoración significativa y confío en que le supere. Lo dicho, paciencia, que cuando no la lía me gusta.