Es desesperante. Yo estaba en Balaidos dando voces por momentos y con la cabeza agachada en otros. No recuerdo una temporada tan infame en casa en cuanto a resultados. Y lo peor es que la mayoría de los marcadores desgraciados han venido por errores flagrantes nuestros, no por la manifiesta superioridad del rival. Es decir, que generalmente no es que perdamos por ser peor equipo, tener peores jugadores o tener un desempeño peor que el del equipo contrario, sino por una concatenación de errores impropios de jugadores de la máxima categoría. A ver, son errores hasta cierto punto normales, todos los equipos los cometen. Lo que ya no es normal es cometerlos en el 90% de los partidos.
Y eso al final nos va a abocar, una temporada más, a mirar más hacia abajo que hacia arriba. Y de seguir con el drama a este ritmo, gracias que la cosa simplemente termine con otra temporada transitando por la primera división sin pena ni gloria.
En cuanto al partido en sí:
- Gran actuación de Galán y Denis en el plano individual. Mala de Dituro en el otro sentido.
- Perder duele aún más contra un equipo dirigido por un tipo que propone un estilo de juego que, a costa de ser imitado por algunos colegas y alabado por parte del circo mediático, está convirtiendo al fútbol español en algo tan tácticamente casposo y burdo, que amenaza muy seriamente con cargarse, si es que no lo ha hecho ya, el principal aval que tenía esta competición: un juego vibrante y técnico envidia de medio mundo.
- Árbitro lamentable que en lugar de mediar para corregir las perrerías del rival contribuye a ellas con su esperpéntica visión de cómo dirigir un partido de fútbol.
- Y por último, un guiño a esa estupenda afición que somos, injustamente tratada en muchas ocasiones de forma interesada por extraños e irreflexiva por propios, que una jornada más aguanta estoicamente otro bofetón de un equipo sembrado de infantiles y caritativos futbolistas. Qué triste todo.
Y aun con todo... estoy deseando volver a Balaidos. Como te quiero Celta.