A ver, puff... Es que no sé ya ni por dónde ni cómo empezar. Cosa del hastío y de la mala leche imagino.
Nos han ganado bien. Demasiado bien. Por momentos parecíamos pelelés que no eran capaces de dar tres pases seguidos. Es cierto que nos han apretado mucho, que físicamente son mejores y que posiblemente su presión también sea más efectiva y esté mejor trabajada, pero aun teniendo en cuenta esos atenuantes, tenemos que hacer algo más.
Defensivamente me queda claro que con cualquier combinación de piezas que no incluya a Murillo, Araújo y Mallo salimos ganando. No hay partido en el que alguno de estos artistas participe y la función en lo defensivo salga redonda.
Arriba, cuando nos toca un partido áspero, de pierna dura y pocos espacios, los que tienen que buscarlos a través del pase, Denis y Brais, o del desborde, Cervi y Nolito, suelen hacer mutis por el foro, y los ejercicios de impotencia futbolística se tornan en el paisaje habitual.
Mientras, desde el banquillo el director de escena espera que la cosa cambie, más fruto de la casualidad que del telento para dirigir, demostrando tener un libreto más simple que el salpicadero de un Seat Panda.
Y desde el palco, esté donde esté éste, en Balaídos, Anoeta, Utah o las Bahamas, parece que casi siempre ponemos más atención en otros menesteres que en el deportivo, demostrando ser excelentes gestores en multitud de campos salvo en el fundamental para un club de fútbol. Ésa fiabilidad y buen criterio en lo económico no tiene continuación en lo deportivo. Igual cuando esto suceda empezaremos de verdad a crecer y a acercarnos a donde la mayoría queremos. Yo, entre tanto, empezaría por renovar al que lleva eso de los dineros y a largar con cajas destempladas al que lleva lo del fútbol. A no ser que no sea él el máximo responsable del rumbo de estas cuestiones claro.
Bueno, pues parecía que empezábamos bien el año tras lo del Villamarin pero, como desgraciadamente barruntaba en aquel momento, qué poco dura la alegría en casa del pobre.