Pues yo creo que la mayoría estáis siendo demasiado exigentes. Y me explico.
Es cierto que no creamos demasiado peligro, que nos cuesta, pero ¿a qué equipo de la liga no le cuesta generar contra un rival bien encerrado atrás? Este mismo Granada hizo un partido muy similar en el Camp Nou hace apenas una semana y el Barcelona solamente logró empatar. De milagro y en el último minuto. Y aunque no se trate de aquel excelso equipo del pasado, su plantilla actual sigue siendo cien veces superior a la nuestra.
Es una realidad que ante partidos planteados de ese modo, o marcas pronto para que al rival se le dé por jugar, o solo te queda masticar piedras hasta que aparezca un balón parado o una combinación gloriosa de tus hombres de más talento que le cambien la cara al choque. Pero cuando no eres especialista en lo primero y tus magos, en este principio de temporada, se han dejado la varita en casa, solo te queda insistir y que al menos no sea el rival el que te marque a ti. Pues esto último, a diferencia de los primeros encuentros, al menos lo hemos corregido, no regalando en demasía.
Tampoco estoy de acuerdo en que el Granada sea mal equipo. Es más, yo no lo veo descendiendo a final de temporada. ¿Su planteamiento? A ver, pues el lógico, defender bien, conceder lo menos posible y esperar el regalo de rigor. Si a muchos les sale bien es normal probarlo. Lo que no tendría sentido es buscar un romanticismo de cementerio y enzarzarte en un partido abierto contra el Celta. No son un mal equipo pero si quieres ganar en Vigo, salvo tres o cuatro equipos, y los nazaríes no son uno de ellos, no puedes jugar de ese modo.
Y tenemos que acostumbrarnos a esto cuando juguemos en casa: que salvo esas tres o cuatro escuadras que nos van a salir mandonas, el resto vendrán a practicar este tipo de juego. Hay que seguir intentando cosas para abrir la lata lo antes posible (recordemos que salvo los últimos tres minutos de ayer, el Celta en casa nunca ha estado por delante en el marcador), como jugar más rápido, buscar balones a la espalda del rival o cambios de juego que obliguen a basculaciones rápidas que induzcan al desajuste (todo esto se intentó contra el Granada) y esperar a que nuestros mejores jugadores se pongan a tono y recuperen la finura necesaria para encontrar la grieta en el hormigón. Porque en tanto Aspas, Denis, Nolito o Brais no encuentren su mejor estado de forma, la misión de abrir la defensa rival se dificulta casi al extremo de hacerla imposible, que es ni más ni menos que lo que nos ha estado pasando desde que ha comenzado la liga. Especialmente en casa.
Pues eso compañeros, que ni tan mal. Pienso que a poco que recuperemos la confianza y el buen estado de forma de algunos jugadores (Iago el que más), se mejore algo en lo físico y se limiten los regalos atrás, no tiene que haber problema para salvar la categoría. El resto ya es harina de otro costal y, posiblemente, objetivos que en principio no nos corresponden.
Y ya por último, una pequeña reflexión: el fútbol, si quiere seguir siendo una opción apasionante de entretenimiento, ha de caminar hacia el reloj parado. Hay que atajar esta deriva rápido porque nos lo estamos cargando.