Bah, efectivamente esta película la hemos visto ya muchas veces.
Más allá del estado físico de los equipos, las decisiones de los entrenadores, o el criterio del árbitro, lo que rompe la dinámica del partido es un error grueso de Unai Núñez que nunca debe producirse.
Hasta ese momento el partido estaba claramente de nuestro lado, incluso mareando a un Espanyol con las vergüenzas al aire, que se negaba a dar cuatro pases con sentido, y con la parroquia viendo más cerca un tercero que diese pie a la Rianxeira que un golpe de mano perico.
Pero todo cambia cuando Unai arriesga de manera innecesaria con un pase para batir líneas cuando el equipo se estaba desplegando. Si sale bien pareces Beckenbauer, pero no era el momento. Era el momento de no arriesgar un ápice en defensa para no regalar nada que un rival apático y romo parecía lejos de alcanzar por sí mismo.
A partir de ahí, y los que ven al Celta con asiduidad, sabían que cualquier cosa podía pasar. Bueno, mejor dicho, sabían que había muchas posibilidades de que sucediese lo de siempre disfrazado de cualquier cosa: gol de córner del rival; gol de falta del rival; autogol a favor del rival; golazo del rival desde la posición más inverosímil, o incluso penalti (to) de Var en el último suspiro que acaba con gol a favor del rival. En este caso fue la última opción pero perfectamente podía haber sido cualquiera de las otras.
Esto sí que es ADN Celta y no lo de Afouteza.
Ah, y el árbitro, aun entendiendo que el penalti es pitable, me pareció el típico sujeto que a la segunda decisión ya te deja un poso como de alguien que viene a juzgarte y al que sabes que no le caes simpático. Demasiado escorado hacia las decisiones favorables al Espanyol sin venir muy a cuento. Y malo con avaricia.
Pues nada, la primera en la frente. Yo creo que tenemos mejor equipo y lo vamos a hacer mejor de lo que me indica esta bilis que todavía noto. Pero lo de hoy ha sido uno de esos palos en la espinilla que tanto duelen.
He de reconocer que una victoria contra el Real Madrid aplacaría un tanto esta sensación. Incluso daría por bueno este empate.
Creo que ya es hora de que el equipo que no pierde finales vuelva a hincar la rodilla en Balaídos.