Pues el Getafe pétreo, rácano pero con un puñado de buenos jugadores de Sánchez-Flores creo que no es el mejor invitado para un plebiscito.
Porque pinta que de no ganar el lunes a los madrileños, las costuras que suturan la paciencia del celtismo pueden empezar a saltar.
Y este Celta de Coudet, o más bien el manejo del Celta por parte de Coudet, lo tendrá merecido. Ya avisaba al descanso que este Valladolid era un rival menor, incluso más de lo que su clasificación podía indicar.
Que un equipo así te haga cuatro goles, penalti fallado mediante, es para pensar que algo está muy podrido por ahí. Podríamos salir del paso atribuyendo la debacle a una concatenación de mala suerte o de falta de efectividad, pero lo cierto es que en ataque, más allá de la genialidad del noruego y de algún chispazo del espoleado Cervi, hemos sido más ruido que nueces.
Y es preocupante claro. Si con los de jerarquía y mucha plata no tenemos nada que hacer, con los de jerarquía y menos plata poco, y con los de nuestro pelaje (siendo generosos con el criterio) empezamos también a pifiar... Problema gordo oiga.
La culpa? No sé. El rendimiento decepcionante de alguno de los nuevos fichajes, especialmente Óscar y Carles, seguro que no ayuda. El tener un único sistema de juego contra viento y marea, creo que tampoco. La deficiente gestión de grupo, donde se prima más quién eres que cómo rindes todavía menos. Y el discurso incongruente, poco claro y plagado de disculpas del conductor de todo, no es que no ayude, pero sí deja diametralmente claro que quien lleva el volante está un poco confundido.
Y no quiero que Coudet deje de ser entrenador del Celta, porque ello implicaría verse en una mala racha, peor aún de la que ya arrastramos, pero cada vez tengo más claro que el principal responsable de todo esto, y no dicho a modo de latiguillo recurrente, es el entrenador.
Qué pena.