Tenía mucha ilusión por conseguir ganar y empezar a mirar hacia arriba. No porque considere que estemos para pelear una clasificación a competición europea, pero sí por meter un colchoncito y llegar al finde siguiente pensando en subir en la clasificación en vez de no bajar.
Imagino que esas ganas me hicieron llegar con demasiada ilusión al partido y el cómo se dio me ha supuesto un bajón de ánimo. Pero claro, lo cierto es que Osasuna va con una inercia positiva y eso hace que esté por encima nuestra. Por ejemplo, Torró estaba en todos lados y fue un dolor de muelas... como lo era Tapia hace dos temporadas.
El ánimo y la inercia son los que nos hacen ganar duelos y partidos. Creo que estamos bien, pero nos faltan todavía un par de marchas para que nos salga todo. Ojalá subir una marchita más al menos y conseguir los 40 puntos con 6 o 7 jornadas de margen. Y para eso, hay que ganar uno de los dos partidos que nos quedan antes del parón.