A mi me entró una congoja tremenda nada más acabar el partido. Fueron un par de minutos o tres de llanto como hacía tiempo que no lloraba, mientras el teléfono no paraba de sonar y yo no lo podía coger. Después, a los cinco minutos, tranquilidad y calma.
Un Saludo
Te me estás haciendo mayor, Juan.
Yo esta vez he estado mucho más tranquilo que en las dos ocasiones recientes (4% y el partido de Cornellà). Tanto durante la semana, que pensaba que en caso de descenso esto era lo que había y que nos lo habíamos trabajado a pulso, como durante el partido (aquí un poco menos), en el que quería confiar en que iba a acabar bien.
Solo me ha distorsionado el heredero, porque desde que acabó el partido contra el Valencia ha estado martilleando en mi cabeza para ir a ver el partido y, aunque tenía claro, que económica y logísticamente era un exceso que no debía hacer, lo cierto es que casi pico y caigo. Por lo meno, llegar a mirar vuelos y hoteles, lo hice.
Y despues, durante el partido, pues muchos nervios, pero para nada comparables al día de Cornellà. Supongo que jugar en casa ayuda.
Lo he pasado mal viendo al heredero. El día del partido de Valencia no lloró pero tenía lágrimas en los ojos y se fue así a la cama y eso jode. Durante toda la semana estuvo calentándome la cabeza con que había que ir a Vigo y preguntando que que pasaba si bajábamos (desde que nació no ha conocido la Segunda, estaba en la barriga de su madre el día de Córdoba en el estadio) y luego en el partido más tenso que yo, que ya es decir.
Ahí es donde me arrepiento de haberle metido el veneno en el cuerpo porque ya la vida es bastante jodida como para ponerle otra piedra más en la mochila y no darle ni una puñetera alegría y si muchos disgustos. En fin, espero que me perdone y no me meta en la residencia a las primeras de cambio.
PS: Ya está preguntando si estamos para el primer partido de liga en Balaídos.