La segunda parte fue muy buena. Ver al Barcelona pidiendo la hora en su campo no es fácil. Pero al fútbol, como a casi todos los deportes, gana el que tiene más acierto y comete menos fallos. Y ahí hemos sido peores que ellos.
Una temporada más, si obviamos a Iago, tenemos poco, muy poco gol. Una lástima, pero es así. Larsen y Paciencia creo que terminarán aportando, pero interiores como Óscar, y sobre todo Cervi o Solari, son un erial en ese sentido. Gabri y Carles Pérez, si es la mitad de lo que se esperaba, podrían paliar esa merma.
En definitiva, no estuvo mal, pero queda pena, sí.