Al final lo dije en un comentario hace poco: Torrecilla, Miñambres, ahora Campos... Pero los que toman las decisiones son los que son, la cabra tira al monte aunque cambies de pastor.
Se empieza aspirando a nombres imposibles (Karlsson), quizás en esta ocasión menos imposibles por los contactos de Luis, y mientras los jugadores mundanos, esos a los que sí podemos aspirar, van cayendo. Cuando caemos de la burra con los imposibles, vamos a por los mundamos que todavía quedan, ahora bien, ahí la voluntad es gastar lo menos posible, a poder ser, cero, porque habitualmente son menos revalorizables que los anteriores... Y por esa voluntad de no gastar y de apretar hasta el último euro, también se caen los jugadores mundanos competentes. ¿Al final qué pasa? Se caen unos, se caen otros... Pues te quedas con el Ferreyra de turno que nadie quiere, eso sí, en unas condiciones muy ventajosas. Luego la culpa será para Carvalhal o Campos, la historia de nunca acabar, y así todo. Y mientras nosotros como afición el domingo pasado como ganamos, nos vamos para casa contentos y todo bien. Lo que se debiera de haber hecho es, una vez acabado el partido, sacar el pañuelo y largarle una pitara monumental al dueño por la gestión que hace del club. Que se entere que incluso en las victorias estamos hasta el gorro del. Luego si, al bar a tomar una cerveza y celebrarlo.