Mi lectura del partido:
Agradecer al MHP President, Carles Puigdemont, y al Presidente, Pedro Sánchez, la futura amnistía que está en trámite. De lo contrario, yo estaría ahora mismo en un calabozo de la Audiencia Nacional acusado de apología del terrorismo.
Supongo que los vecinos de mi bloque y del barrio, viendo lo que se está cocinando legislativamente, ya pasaron de llamar a la policía ante mis gritos, improperios y juramentos en los minutos finales del partido.
Si cuando creías que en Girona ya habías visto presencialmente lo más hondo que puede caer el nivel arbitral, siempre llega la puta realidad a darte una bofetada con la mano abierta y a demostrarte que siempre se puede ir hasta el infinito y más allá.
Dicho esto, tres apuntes por poner un poco el foco en lo que está en nuestra mano e intentar digerir el nuevo atropello:
1. Larsen es muy riquiño, muy majo, pinta de jugadorazo, entiende muy bien el juego, se lo fabrica él si hace falta pero la portería es de hockey para él y no le mete un gol al arco iris. Con ese bagaje, no podemos ir a ningún lado. O las mete, que para eso juega de delantero, o una oportunidad para otro compañero, ya sea Tasos o Miguel.
2. Mingueza. En fin, ¿qué decir? He visto solteros contra casados en pachangas de fiestas patronales de parroquias con más intensidad que este hombre. Un misterio que haya llegado a profesional con esa parsimonia y esa pachorrra.
Tendrá muy buen pie, será muy bueno, toca el piano de puta madre... pero hay que alejarlo del área propia como mínimo 50 metros. Y si lo colocamos en la grada tampoco pasaría nada.
3. Tapia. Ojalá lo renueven, pero para jugar en la Liga Genuine, porque ahí puede hacer un papel destacado con su discapacidad intelectual. Es difícil encontrar tan poca materia gris en una cabeza. Eso, o a lo mejor es más listo de lo que parece, y se pasa de idem. Dios quiera que en enero esté bien lejos de aquí.